Casualmente,!!! no que digo!!!. Es la causalidad nuevamente. El que Dan Brown haya publicado recientemente su nueva aventura del Dr. Langdom despertó en mí viejas lecturas. Vino a mi mente la complejísima obra del florentino Dante Alighieri. Embaucado en el mistérico y simbólico pero a la vez cruel y dantesto mundo reflejado en la primera parte de su obra cúlmen me he llevado una sorpresa de lo más gratificante. Mi nivel de comprensión y entendimiento del estilo del florentino ha aumentado exponencialmente. Cinco años más tarde he vuelto a leer los tercetos endecasílabos de este genio. Que curioso!!!! 5 años!!! Pitagórico número que tampoco debe aparecer por casualidad en esta historia. Leyendo he encontrado un pasaje que me ha dado la luz suficiente para abacar mi próxima empresa, mi próxima investigación. Me gustaría compartirlo con vosotros por si os aportara también algo.

CANTO III del INFIERNO
Y le dije: » Maestro, ¿qué tan grave
cosa les hace lamentarse tanto?»
Y respondió: «te lo diré enseguida»
No tienen la esperanza de la muerte
y su vida es tan ciega y es tan baja
que en cualquier otra suerte siempre envidian.
La fama de ellos no fatiga el mundo,
la piedad y justicia los desdeñan.
No hablemos de ellos; mñiralos y pasa.
Y yo, mirando más, vi una bandera
que, girando, corría tan deprisa
que creía que el reposo despreciaba.
Una hilera tan grande le seguía
que nunca yo creyera que la muerte
a tanta gente hubiese destruído.
Después de haber reconocido a algunos,
vi y conocí la sombra e quien hizo
la gran renuncia porque fue cobarde.
Comprendí al punto y supe ciertamente
que aquélla era la turba de los ruines
a Dios no gratos ni a sus enemigos.
Estos cuitados que jamás vivieron,
allí estaban desnudos, molestados
cin cesar por avispas y por moscas.
Las caras les rayaban con la sangre
que, mezclada con llanto, a sus pies iban
recogiendo gusanos asquerosos.